Zoco de Marrakech. En la actualidad, pese a la degradación causada por la invasión de la cultura occidental y los productos made in china, el zoco congrega alrededor de 2600 artesanos y 40 corporaciones que aún mantienen vivo el arte tradicional marroquí, confiriendo un encanto especial al mercado más grande del norte africano.   La variedad de artículos que se puede encontrar abarca casi todo lo imaginable: vestimentas, joyas, tapices, babuchas, objetos de tierra cocida, madera, metálicos o de cuero, especias, frutos secos, carnes y otros alimentos, hierbas medicinales... la lista sería interminable. Negociar antes de comprar, además de ser toda una tradición comercial árabe, en este caso resulta además indispensable ya que los precios suelen ser bastante elevados; si el comerciante ve real interés en el producto convidará al cliente con un té de menta y apreciará hacer un buen negocio, pero se sentirá ofendido si sólo se busca regatear por diversión.  El zoco es un placer para disfrutar con todos los sentidos y la mente abierta. Sólo hay que dejarse llevar por las callejuelas y dejar que ese pequeño gran mundo de olores, sabores y sonidos nos invadan y sumerjan en una forma de vida que es, seguramente, muy diferente a la que estamos acostumbrados.