La palabra zoco, souk en árabe, designa 'un gran desorden' y podriamos pensar que el término es más que acertado para definir esta zona tan efervescente y ruidosa donde nada parece seguir ninguna regla. Sin embargo, los zocos fueron desde siempre mercados muy ordenados que respondían a una organización social y geográfica de diferentes corporaciones de artesanos, vigente aún hoy después de más de ocho siglos de existencia.  Fueron primero los tejedores y los curtidores de cueros quienes se instalaron y poco a poco se fueron agregando otras actividades, cada una estableciéndose en una zona bien delimitada para desarrollar su actividad. Cada corporación tenía sus reglas y jerarquías profesionales bien precisas; en general, existía una escala jerárquica en la cual el aprendiz estaba en el nivel más bajo durante un cierto tiempo (a veces años) para aprender el oficio. Cuando era capaz de realizar una pieza por sí mismo era juzgado por sus maestros o maalems y si era aprobado podía instalarse y comerciar como los demás artesanos. Los maalems eran, entonces, los que transmitían los secretos de la profesión, y eran liderados por el amine, elegido de entre ellos para resolver conflictos entre artesanos o entre maestros y aprendices.