El centro de toda actividad sigue siendo Jemaa-el-Fna. La gran plaza de Jemaa-el-Fna es el centro de la vida de la medina tanto por el día, como por la noche. Durante el día, es un mercado y lugar de reunión con puestos en los que se venden naranjas, frutos secos y otros productos típicos. A partir de la hora del almuerzo, la plaza comienza a llenarse de artistas que comparten el espacio con los vendedores, aunque es realmente al anochecer cuando el lugar cobra vida. A las 17.00, el traqueteo de las carretas anuncia la llegada de los puestos de comida, en los que se preparan todo tipo de platos de verduras, carnes y pescados. A las 21.00, la plaza está repleta de artistas de todo tipo, desde encantadores de serpientes, cantantes y músicos hasta contadores de cuentos y acróbatas. Los faquires y los curanderos se unen al ?? espectáculo ofreciendo pócimas curativas para cualquier dolencia o mal imaginable.