El Brusselicious no es la única excusa para visitar Bruselas y alegrar nuestro estómago. Aunque las comidas más populares de la región siguen siendo los mejillones, las patatas fritas y los gofres, nunca está de más conocer algunos de los rincones donde disfrutar de la mejor cocina y además, descubrir curiosidades como que Víctor Hugo escribió aquí Los miserables. O que Marx y Engels estuvieron viviendo tres años junto a la Grand Place, en un edificio que reconoceréis por el cisne. Podemos empezar con las recetas belgas de la Taverne du Passage (Galerie de la Reine, 30), como las croquetas de crevettes, unas gambitas muy gustosas. Otra parada que no debe faltar es la tienda Dandoy (Rue au Beurre), que lleva haciendo speculoos (galleta de gusto dulce y característico) desde 1829. También prepara otros dulces como bernardins, bizcochos y feuilles de palmier. Si lo que buscamos son cervezas, hay dos sitios a visitar: la tienda De Bier Tempel (Rue du Marché aux Herbes, 56) y Moeder Lambic (Place Fontainas, 8), una cervecería donde se toma la mejor cerveza. Si quieres algo típico, puedes pedir una Zinnebir, que es la cerveza de Bruselas, de amargura floja y sabor interesante. Para tomar algo, algunos de los secretos mejor guardados de los belgas se esconden en la calle Rue Sainte-Catherine, donde se encuentran locales como el Amadeo (en el nº 28), un bar flamenco clásico y muy auténtico. Muy cerca queda Noordzee (en el nº 45), una pescadería que empezó preparando tapas y que hoy en día es un referente para comer ostras y marisco fresco a muy buen precio. Otra institución culinaria es el bar Kapiteintje (Sainte-Catherine, 30), cuya cerveza y mejillones con patatas fritas son un clásico. SPAGHETTI A LA BOLOÑESA VEGETARIANO Y A LA CABONARA A 7,95 EUROS.