Una de las muchas galerías de arte del barrio de Marolles. Este barrio, al cual es fácil acceder desde el ascensor acristalado situado junto al Palacio de Justicia, ha sabido mantener los orígenes de la capital belga. Aquí todavía se habla el verdadero “marollien”, un lenguaje mezcla de palabras en neerlandés, francés y español, que solamente pueden llegar a entender en estas calles y que se remonta al siglo XIV. Algunas de estas palabras son tan curisosas que no tienen traducción literal a ninguna otra lengua. Sus calles también son famosas por la gran cantidad de tiendas de artesanía y por albergar algunos de los más importantes mercados de pulgas de la ciudad. Su gastronomía y la vida nocturna también son factores a valorar positivamente. ARTICULOS DE LUJO EN ALGUNAS GALERIAS BELGAS