CAN TUNIS BARCELONA DRUGS. Una sevillana se prepara su dosis en el culo de la lata de refrescos. En la boca sostiene la jeringuilla.  La señora Felisa quiere hablar conmigo. Es una gran noticia, casi un acontecimiento. La señora Felisa es la máxima responsable de ABD, otra ONG, que acude todas las mañanas con su correspondiente furgón a realizar un trabajo semejante al que realiza “Médicos sin fronteras” por la tarde. Sin embargo de trata de una ONG, un poco especial, porque ha ganado un concurso convocado por el Ayuntamiento. La buena mujer esta preocupada y me cita en su despacho. El motivo de su angustia es saber lo que voy a escribir, sobre todo me ruega, casi me implora que no diga ni una palabra de “la carpa”, un establecimiento por lo visto semi clandestino. Se trata de una tienda de lona, en cuyo interior, con asistencia sanitaria, los usuarios proceden a inyectarse. En Madrid, gobernado por la derecha rancia española, existe en Barranquillas, un poblado semejante a Can Tunis, una llamada “sala de venopunción”, la famosa “narcosala”.  Aquí en Can Tunis, cuando se quiso instalar algo parecido se armó la de Dios es Cristo. Aun recuerdo un programa radiofónico de Josep Cuní, en que un representante de la asociación de vecinos de la Zona Franca, se oponía a su instalación aduciendo que  ellos no estaban en contra de los drogadictos, sino simplemente de los “drogadictos que vienen de fuera”.   Me insulto me llamó nada menos que “intelectual barato”, le rogué que retirase de inmediato lo de intelectual...lo de barato era rigurosamente cierto.