CAN TUNIS BARCELONA DRUGS Yamal Mesaud Montesinos es uno de los vigilantes del poblado gitano de Can Tunis, se encarga de dar el agua cuando viene la Policia Nacional. La cocaína produce una fase ascendente, hasta llegar al momento del “flash”, en que se producen taquicardias, hipertensión y crisis piscóticas. Para combatir los efectos de la depresión respiratoria que produce la heroína se procede a la ingestión de pastillas, de psicoptropos. Aquí hay un mercado floreciente de estos productos, porque mucho de los que son atendidos en centros ambulatorios con estas substancias, o con metadona acuden aquí a revendérselos para adquirir el “speed-ball”. El “tranxilium”, por ejemplo,  va a doscientas pesetas la unidad. Hay quienes también consumen heroína marrón quemándola sobre el papel de plata e inhalando el humo que desprende vía pulmonar. Y también hay consumidores de “crack”, pero el repertorio no es ni mucho menos completo. Una cosa, si en que esta todo el mundo de acuerdo. Nadie, absolutamente nadie entiende el triunfalismo oficial, por las cifras según las cuales ha disminuido el consumo de heroína en Barcelona. Es un verdadero misterio, más espeso incluso que el de la Santísima Trinidad.