CAN TUNIS BARCELONA DRUGS Uno de los asiduos fumando en plata. Lo más difícil, lo más difícil de todo era aceptar que sí, que aquello era real, que estaba pasando, y no era una simple pesadilla, un mal sueño. Era cierto, yo estaba allí, a bordo de un vehículo de “Médicos sin fronteras”, tras casi medio año de arduas e interminables negociaciones, una ONG, que cuatro veces por semana, acude allí dentro del programa de “Cuarto Mundo”, en su proyecto de “reducción de daños”, consistente en el intercambio de jeringuillas, curas y derivación a otros centros. Esto no es el “Ejercito de Liberación”, no hay monsergas morales,  no hay drogadictos, ni yonquis, ni drogatas, ni toxicómanos, ni siquiera pacientes, aquí hay tan solo usuarios, como si se tratase del metro o de la compañía que suministra el gas.