LA ABADÍA DE FONTEVRAUD, SÍMBOLO DE PODER Fundada en 1101 por el eremita Robert de Abrissel, la abadía de Fontevraud se convirtió durante la Revolución francesa en una de las ciudades monásticas más grandes de Europa. Sustentado por los papas, los obispos y los condes de Anjou, se erige como el símbolo del poder de los Plantegenêt albergando aquí su necrópolis. Aquí, en la iglesia de la abadía, eligieron ser sepultados los reyes Plantagenet (Enrique II, Eleonora de  Aquitania, Ricado Corazón de León y Isabel de Angoulême). Sus sarcófagos constituyen un ir y venir de turistas que intentan plasmar con sus cámaras los retos de tan ilustres personajes. En tiempos de Napoleón la abadía se transformó en prisión, permaneciendo de esa manera hasta 1963. En la actualidad, está convertida en un centro cultural, al que se acercan los visitantes a admirar la iglesia abacial románica del siglo XII, el claustro de Le Grand-Mostoier, la sala capitular, el refectorio y las extraordinarias cocinas románicas.