Cata de café en la Hacienda San Alberto. (Buenavista, Quindío).  En la sesión de Catacion se degustan varios cafés siguiendo la metodología standard de la industria. Además se aprende sobre el fascinante mundo del cafe. Se puede disfrutar en Bogota o directamente en Hacienda San Alberto por unos 50 euros por persona. Los suelos donde se produce café en Colombia varían de arenosos a pedregosos hasta arcillosos, en relieves desde planos o ligeramente ondulados hasta abruptos, con marcadas diferencias frente al origen de los suelos de buena parte de los demás países productores de café.  En la Zona Cafetera Colombiana, sobre las tres cordilleras andinas: oriental, central y occidental, se encuentran suelos de origen ígneo, metamórfico, sedimentario y de cenizas volcánicas. La característica principal de los suelos de la Zona Cafetera Colombiana es que, en su mayoría, son derivados de cenizas volcánicas, los cuales tienen un alto contenido de material orgánico y buenas características físicas, reduciendo la necesidad de aplicar fertilización. La existencia de estos suelos aporta condiciones óptimas para el cultivo del café puesto que su estructura permite que el material orgánico se descomponga lentamente, haciendo posible una buena aireación del sistema radicular de las plantas de café y, por consiguiente, una adecuada  disponibilidad de los nutrientes en el suelo. Vale decir que otra característica común de estos suelos que favorece el cultivo del café, es que son poco ácidos y retienen la humedad. En cuanto a la fertilidad, en los suelos de la Zona Cafetera Colombiana, a diferencia de otros países productores de café como Brasil, no se requiere la aplicación de elementos menores como Zinc o Boro, para mantener la fertilidad. Esta alta fertilidad se debe al gran contenido de material orgánico, de origen volcánico de dichos suelos.