Vistas desde el templo de Jokhang de la plaza Barkhor y el Palacio del Potala al fondo.  Cercana al santuario de Jokhang, la animada plaza Barkhor y las calles colindantes se impregnan del ambiente de la antigua ciudad tibetana de Lhasa. Es una zona llena de contrastes: por una parte, es una de las áreas más sagradas del Tíbet y está inundada de peregrinos, monjes, monjas y templos. Por otra, es el eje del comercio de Lhasa. Los comerciantes de la calle, los vendedores ambulantes y los hombres de negocios se mueven alrededor del área de Barkhor. En la actualidad, esta zona no es simplemente parte de un circuito de peregrinaje, si no también la parte más animada de la ciudad. Aquí se pueden comprar las cosas más curiosas: cuchillos tibetanos, trajes y sombreros tibetanos, tapicerías, instrumentos musicales religiosos, objetos de oro y plata... La oferta de recuerdos mágicos es ilimitada.