Peregrinos junto al templo Jokhang. Lhasa. El templo de Jokhang , de 1300 años de antiguedad, es el centro espiritual de Tíbet. Las oleadas de peregrinos que se postran en el exterior y su característica cúpula dorada son fascinantes. Se construyó encima de un estanque para conmemorar el enlace de la princesa Whencheng, de la dinastía Tang, con el rey Songtsen Gampo. Tal estanque era en realidad, según la princesa, el corazón de una bruja. En la actualidad alberga en su interior una estatua de oro macizo del Buda Sakyamuni que la pincesa ofreció a Tibet, junto con extraordinarios tesoros del arte religiosos tibetano. Se visita mejor por la mañana tempranos; por la tarde se entra por la puerta lateral que queda a la derecha de la principal y las capillas interiores pueden esta cerradas. A menudo, alrededor de las 18.30, se celebran oraciones dirigidas por los monjes en la terraza. Ésta y las salas exteriores permanecen abiertas desde el alba hasta el ocaso.