Rezando junto a los nombres de las víctimas en las paredes de la Sinagoga Pinkas.  El edificio actual es obra de la familia Horowitz. En 1535, lo hizo construir Aaron Meshullam Horowitz entre su casa “U Erb?“ y el Viejo Cementerio Judío. Después de la Segunda Guerra Mundial, la sinagoga se convirtió en un Monumento a los judíos de Bohemia y Moravia asesinados por los nazis. En sus paredes están inscritos los nombres de las víctimas judías, sus datos personales, y los nombres de las comunidades a las cuales pertenecieron. En 1968, sin embargo, el Monumento fue cerrado debido a filtraciones de aguas subterráneas, que ponían en peligro la estructura del edificio. Durante los trabajos de aislamiento, se descubrieron espacios subterráneos, un antiguo pozo y un baño ritual. El régimen comunista demoró intencionalmente los trabajos de reparación y las inscripciones fueron removidas. No fue posible hasta 1990 completar las modificaciones del edificio. Finalmente entre 1992–1996, los 80 000 nombres de los judíos checos y moravos víctimas del nazismo fueron escritos de nuevo en las paredes. En el primer piso de la Sinagoga Pinkas se encuentra la exposición Dibujos de los niños de Terezín, 1942–1944. Entre los prisioneros en Terezín habían más de 10 000 niños, menores de 15 años al ser apresados. De 8 000 de ellos enviados al Este, unos 242 sobrevivieron la guerra. El Museo Judío tiene más de 4 000 dibujos originales de estos niños en su colección. Son un testimonio conmovedor de su cruel destino y prácticamente el único recuerdo da aquellos que no sobrevivieron. mayoría fueron deportados a Auschwitz, donde fueron exterminados. Javier Castro.