Los nombres de las víctimas en las paredes de la Sinagoga Pinkas.  La sinagoga Pinkas del siglo XV, denominada así en honor de su fundador, el rabino Pinkas, está localizada justo detrás de la entrada al Viejo Cementerio Judío de Praga. La sinagoga Pinkas está dedicada a las víctimas judías del Holocausto, procedentes de Bohemia y Moravia: sus nombres están inscritos en las paredes de la nave principal y zonas anexas. El texto de las inscripciones fue compilado de diferentes archivos, a partir de los documentos de transporte, listas de registro y declaraciones de los supervivientes. Las inscripciones comprenden los nombres de las víctimas, su lugar de nacimiento y el lugar de su muerte; en los casos en los que se ignora la fecha del fallecimiento (en muchos casos), está inscrita la fecha de la deportación a los ghettos y campos de exterminio, generalmente la última información que tenemos de las víctimas. Los nombres están agrupados según las ciudades y pueblos en los que vivían antes de la deportación o arresto, y están presentados en orden alfabético: la nave principal agrupa a todos aquellos cuya última dirección era la de Praga; el resto del espacio interior conmemora a las víctimas de fuera de la ciudad. A ambos lados del Arco Sagrado están grabados los nombres de los ghettos y campos de concentración donde los judíos bohemios y moravos fueron deportados y, en muchos casos, exterminados.   Desde 1954 a 1959, la sinagoga Pinkas fue transformada en un memorial para los judíos de Bohemia y Moravia. Durante este período, fueron grabados los nombres de los 80.000 judíos de Bohemia y Moravia que fueron perseguidos y asesinados en el Holocausto.  En 1968, la sinagoga fue clausurada, porque se produjeron inundaciones en sus fundamentos, haciendo peligrar el edificio y dañando su estructura. Durante los trabajos de restauración fueron encontradas diversas instalaciones antiguas. El régimen comunista frenó deliberadamente los trabajos de restauración y las inscripciones con los nombres de los asesinados durante el Holocausto fueron retiradas. No fue posible completar la restauración del edificio hasta 1990, y entre 1992 y 1994 se volvieron a grabar los nombres de los judíos de Bohemia y Moravia muertos durante el Holocausto.  En 1994, la sinagoga Pinkas, así como el Museo Judío, que está estrechamente relacionado con la sinagoga, recibieron un apoyo independiente del Estado. A partir de 1996 fue completada la tarea de volver a inscribir los nombres de los judíos asesinados en las paredes de la sinagoga Pinkas. La sinagoga fue severamente dañada durante las inundaciones del verano de 2002, y no fue reabierta hasta agosto de 2004, después de un extenso trabajo de restauración.  Este memorial es un largo epitafio que conmemora los nombres de aquellos para quienes no ha podido erigirse una lápida.  Las víctimas del Holocausto también son conmemoradas en una exposición permanente de dibujos de niños procedentes de Terezín que, desde mayo de 1997, está alojada en el piso superior de la sinagoga. La historia de los niños deportados a Terezín es descrita en 19 secciones en la habitación adyacente a la galería del piso superior.  La historia está descrita a partir de los dibujos de los niños realizados en Terezín entre 1942 y 1944, y que fueron llevados a cabo durante las clases organizadas por Friedl Dicker-Brandeis (1898-1944), una pintora y diseñadora de interiores, también internada en el ghetto. Como parte de un programa de educación esencialmente clandestina para los niños de Terezín, las clases de arte se convirtieron en elementos de gran importancia en la vida diaria del ghetto. Estas clases funcionaron como una especie de terapia para los niños, que les ayudó a sobrellevar la vida en el ghetto.  Antes de su deportación a Auschwitz, Dicker llenó dos maletas con más de 4.500 dibujos de niños y los escondió. Fueron recuperados inmediatamente después de la guerra y llevados al Museo Judío de Praga. Se han convertido en un recordatorio del trágico destino de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Sólo unos pocos de esos niños de Terezín sobrevivieron a la guerra: la inmensa