Una pareja en el puente de los enamorados. Praga. No es tan ostentoso ni conocido como el gran Puente de Carlos, pero a los habitantes de Praga les encanta este pequeño y coqueto puente enrejado, casi camuflado en la parte menos conocida del precioso casco antiguo y que con solo 20 metros es capaz de cruzar con extrema confianza nada más y nada menos que el Canal del Diablo. El antiguo puente del Priorato, donde todavía hoy puede verse la vieja rueda del molino, cuenta con su propio duende del agua y desde hace unos años es el lugar más buscado por los enamorados para cerrar sus candados en señar de amor eterno.