Casas bajas ubicadas junto al Boulevard du L. Vialleton con vistas de la iglesia de Saint Anne.  Aquí la vidilla que tiene Montpellier se disfruta de día, con sus jardines, sus plazas abarrotadas de gente, las terrazas en las calles, etc. Pero, de repente, se hacen las 19.00h y todo el mundo se prepara para cerrar sus negocios y la ciudad se va apagando poco a poco (porque la iluminación de la ciudad deja bastante que desear ciertamente, que a veces da hasta miedo ir por las calles). Ahora, eso sí, en plena navidad (que aquí empieza como en \"El Corte Inglés, o sea, en noviembre jaja) las calles y árboles se llenan de miles de lucecillas, bolas gigantes de navidad colgando de las ramas y los adornos navideños custodian los escaparates de las tiendas. Con respecto a la arquitectura de la ciudad es bastante diferente a la española, donde predominan más las casas bajas o de unos 4 pisos como mucho; las calles son bastante anchas e interminables, de estas que no ves nunca el final, y en las que el \"gran arquitecto\" que las diseñó se empeñó en plantar árboles gigantescos en medio de la acera y poner las farolas entre ellos, con lo cual os podéis imaginar la visibilidad del peatón por las noches.