Una de las muchas tiendas y restaurantes de la Avenida Mannerheimintie, la arteria comercial de la ciudad de Helsinki. Teniendo como punto de origen la estación central de trenes, a dos calles caminando nos encontramos con las calles comerciales de la ciudad de Helsinki. Tiendas de ropa, zapatos y complementos para todos los gustos, y hasta una espécie de Corte Inglés Finlandés (Los Almacenes Stockmann). Esas calles són curiosas de caminar, principalmente porque están calefactadas y por ello no hay rastro de nieve ni de hielo (son las únicas calles de Helsinki que podrás ver los adoquines en invierno). Siguiendo por dichas calles, nos encontramos con uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, la Catedral de Helsinki y la Plaza del Senado. Un lugar, que si lo visitas con cielo despejado, es una bonita imagen de contraste azul y blanco. Helsinki es una ciudad que recomiendo visitar en invierno, sorprende mucho más. Acostumbrado a vivir sin nieve ni frío extremo, cuando le añades el factor “nieve” a la vida cotidiana, te sorprende que no cambia nada. Observas que en la ciudad sigue habiendo vida normal, los coches circulan sin problemas (con ruedas especiales de nieve y clavos); las calles las rebozan con gravilla que se mezcla con la nieve (si tirasen sal, no se daría a basto) para poder pasear sin resbalarte; los trenes, tranvías y autobuses totalmente adaptados a las condiciones extremas de mucho frío y nieve…