Retrato de una madre vestida occidental con su hija peinada con trenzas en el campamento Batawana. En las inmediaciones del campamento Eagle Island Camp de Orient Express, en las afueras de la Reserva de Animales de Moremi, en Botswana hay un campamento donde residen un centenar de indígenas de la tribu Batawana. Es posible realizar excursiones en canoa para visitar su poblado.  Entre 1978 y 1988, Botswana se transformó en el tercer mayor productor de diamantes del mundo, después de Australia y la actual República Democrática del Congo (entonces, Zaire), y la economía del país creció a un ritmo récord de 12% al año. De todos modos, tres quintas partes de la población vivía de cultivos de subsistencia o actividades «no institucionalizadas», es decir, fuera de las estadísticas, del control fiscal y del mercado comercial. En 1985, hubo repetidas escaramuzas en la frontera con Sudáfrica por el apoyo que el gobierno de Botswana prestó a la lucha del Congreso Nacional Africano (ANC) contra el apartheid. En 1987 Sudáfrica presionó bloqueando las rutas que la unen con Gaborone, la capital de Botswana. Masire fue reelecto en 1989, y el gobierno enfrentó sucesivos problemas económicos y políticos, más que nada, por la merma en la demanda internacional de diamantes. La corrupción gubernamental se hizo evidente y renunciaron varios ministros de Estado. En 1991, tres de los siete partidos opositores crearon el Frente Progresista del Pueblo (FPP) para oponerse al BDP; ese año, el país sufrió las huelgas más importantes desde su independencia. Los trabajadores públicos reclamaron un aumento del 154% y fueron despedidos 18 mil funcionarios estatales. En 1992, el desempleo llegó al 25%. Tratando de aumentar la ocupación y para elevar el alicaído prestigio del BDP, el gobierno incentivó la instalación de industrias ajenas a la minería. Una fuerte sequía obligó a las autoridades a decretar el estado de emergencia; se redujeron drásticamente los gastos públicos y cesó más de un tercio de la mano de obra empleada directa o indirectamente por el Estado. A pesar de los problemas económicos y sociales, el BDP conservó la mayoría en las elecciones legislativas de 1994, perdiendo nueve escaños. El país –segundo exportador mundial de diamantes, después de Rusia– ha dependido de la exportación de minerales. En parte debido a su riqueza en diamantes, la economía floreció y, según el Banco Mundial (BM), entre 1965 y 1996, se situó el mayor crecimiento mundial, con un ingreso per capita que subió a 9,2%. El turismo se transformó en esos años en la segunda fuente de recursos. La brecha entre ricos y pobres aumentó debido al rápido crecimiento. Los conflictos internos de Namibia en la Franja de Caprivi –corredor de 460 km. de largo y en general de 30 km. de ancho– afectaron las relaciones de Botswana con su vecino. En 1999 casi 2.000 habitantes de esa franja –muchos de ellos separatistas– se refugiaron en Botswana. La decisión de darles asilo agravó las relaciones con Windhoek. Ambos países tienen además un litigio fronterizo por una isla en el río Chobe.