Un grupo de niños indígenas posan ante la cámara en el campamento Batawana. En las inmediaciones del campamento Eagle Island Camp de Orient Express, en las afueras de la Reserva de Animales de Moremi, en Botswana hay un campamento donde residen un centenar de indígenas de la tribu Batawana. Es posible realizar excursiones en canoa para visitar su poblado.  Los primeros habitantes de la actual Botswana fueron probablemente antepasados de los san (también conocidos como bosquimanos), cazadores y recolectores, que hoy habitan las estepas semiáridas de Botswana sudoccidental; y de los khoikhoi, provenientes del norte. Tribus de lengua bantú llegaron a la región en el primer siglo a.C. Los antepasados de los tswana, (hoy nación mayoritaria), se instalaron entre los siglos XI y XII en las llanuras del Río Vaal (hoy provincia sudafricana del Transvaal). Los tswanas se fundieron en ocho clanes poderosos. Las rivalidades entre clanes no permitieron a los tswana crear un reino como otras naciones en África del sur. La historia de Botswana –«la encrucijada fatal», ubicada en el corazón del sur de Africa–, es la historia del desierto de Kalahari, intermediario entre la poblada sabana del noreste y las despojadas estepas del suroeste. El tránsito precolonial posibilitó asentamientos de los británicos, holandeses y portugueses desde el siglo XVIII. Los británicos intentaron unir el continente de norte a sur (desde Sudáfrica a Egipto), tomando la «ruta de los misioneros». Los portugueses quisieron unir las colonias de Angola y Mozambique. La región fue una verdadera encrucijada entre los intereses estratégicos coloniales, y entre éstos y las tribus tswanas que habitaban esas zonas desde el siglo XVII. En 1840, se asentaron en el este de Botswana (región de Transvaal) los colonos holandeses boers (conocidos también como afrikaaners), que huían de los ingleses establecidos en Ciudad del Cabo (Cape Town). Los boers (agricultores) disputaron las escasas tierras fértiles con los tswanas, provocando además conflictos entre éstos y los zulúes a los que los colonos expulsaron del sur de África. En 1895 tres reyes tribales Tswana fueron a Londres buscando apoyo contra los boers y contra la expansión alemana por el sudoeste africano. Botswana se transformó desde allí en un protectorado británico, conocido como Bechuanaland. Los reyes debieron conceder, a cambio de protección, que la Compañía Británica de Sudáfrica (forma de privatización y expansión inglesa), construyera una vía férrea entre sus tierras y Zimbabwe (Rhodesia). La tutela inglesa impidió la absorción política por parte de Sudáfrica, pero facilitó la dominación económica de los boers. Pese a su vasta región semidesértica, Botswana se convirtió en uno de los principales exportadores de ganado y carne de África austral. A comienzos del siglo XX, el 97% de la población vivía en el campo y cada familia poseía al menos un par de vacas; los más ricos tenían bueyes para arar la tierra. En 1966, cuando Botswana logró su independencia, la población urbana llegó al 15% y casi el 40% de los habitantes rurales no poseía ganado. Debido a la concentración económica los afrikaaners dominaron la agricultura y controlaron el 60% de las exportaciones de carne. La lucha independentista se confundió, en varios momentos, con un asunto matrimonial. Seretse Khama, uno de los herederos más influyentes de la etnia bamangwato, estudió derecho en Inglaterra y se casó con Ruth Williams, una oficinista europea. La boda escandalizó a los ingleses y a los afrikaaners, que impidieron a Seretse volver a su tierra natal. Seretse resistió las presiones, incluso ofertas de dinero de los ingleses y, con el apoyo masivo de su pueblo, mantuvo el liderazgo de la tribu más importante del país. No volvió hasta 1956. Nueve años después, en elecciones generales, su partido, el Partido Democrático de Botswana (BDP), obtuvo 80% de los votos. Con la independencia, Seretse fue elegido primer presidente del país. En 1967, fue designado caballero del Imperio Británico. El BDP, llevó a cabo una política conciliadora en relación a los habitantes de origen europeo, que manejaban el 80% de la economía. Botswana formó parte de los países de la Línea del Frente que luchaban contra el apartheid (ver Sudáfrica) e integró la SADCC (ver Organizaciones Internacionales), que buscaba romper la dependencia económica de los nueve países negros del África austral con respecto a Sudáfrica. En 1980 Seretse murió de cáncer y fue sucedido por el vicepresidente Quett Masire (doctorado en economía en Oxford), quien sufrió fuertes presiones de grupos de orientación socialista revolucionaria, en lo referente a limitar la concentración de tierras fértiles en manos de europeos y a aumentar el área destinada a cooperativas. Los campesinos acusaron a los grandes hacendados de criar demasiado ganado en tierras pobres, las que quedarían inútiles a corto plazo. Surgió, además, un movimiento a favor de nacionalizar los yacimientos de diamantes, cobre y níquel, explotados por empresas sudafricanas.