A lo largo de los siglos, Bali no ha dejado de arrancar elogios de los viajeros más experimentados. Sus playas rodeadas de amancayos, con unas vistas espectaculares del Océano Índico, son unas de las más bellas del mundo.Sus intrincados arrozales en terraza, su selva tropical y sus altísimos volcanes, a los que se les atribuye un significado espiritual, han desempeñado un papel fundamental en la intensa vida cultural de los balineses. Todos los días, la isla asiste a una celebración con las coloridas procesiones al templo, acompañadas de bailes y de las hipnóticas melodías de la música de gamelán, que paralizan el ajetreo de las calles por unos instantes. Gracias a sus paisajes, su cultura y su gente, Bali escapa a los tópicos habituales de una isla tropical. En ocasiones resulta vibrante y, otras veces, tranquila y apacible.Tómese el tiempo de descubrir Bali a fondo y a su propio ritmo.