Un oso perezoso subido a un árbol de un bosque primario de la selva amazónica. Las características del oso perezoso no se antojan las más adecuadas para sobrevivir en este ecosistema. Con una estatura media normalmente no superior a un metro, impedido para desplazarse a más de 2 kilómetros por hora, generalmente quieto, durmiendo cabeza abajo en los árboles, da la impresión de ser un suculento banquete para los voraces emperadores de la región.