Plano general de la selva amazónica y el bosque primario. La palabra trocha es un americanismo para designar un camino angosto abierto en medio de la selva o la maleza. Se distingue del camino propiamente dicho en que no se tumban los árboles de sus orillas ni se invierte trabajo en ampliar la vía ni en construir puentes y pasos permanentes. La existencia de la trocha depende del tráfico, pues los viajeros despejan la vegetación con sus machetes y marcan la vía con sus propias huellas; por eso, si una trocha es poco utilizada termina por desaparecer devorada por el avance de las plantas. Realmente durante las caucherías los caminos verdaderos fueron muy pocos; predominaban las trochas de vida efímera cuya existencia sólo se conoce actualmente por el trazado en los mapas de la época. Un camino sólo tenía razón de existir en lugares tan transitados como entre San José del Guaviare y Calamar en el río Unilla (Alto Vaupés); Mocoa y el río Guineo (Alto Putumayo); Mocoa y Limón (Alto Caquetá); el paso de la Tagua a Caucayá (ríos Caquetá a Putumayo) o del Encanto (río Caraparaná) a La Chorrera (río lgaraparaná). De resto, aunque estratégicamente se supiera de la necesidad de construir caminos, la realidad socioeconómica sólo permitía mantener las trochas. Por ellas de vez en cuando pasaban unos pocos viajeros o cazadores y luego la selva tornaba a cerrarse.