Poblado yagua. Interior de una cabaña para asistir a una especie de baile ceremonial llamado bujurqui, en el cual danzan con fuego en circulo. Al momento del contacto europeo, según Chaumeil, los yaguas mantenían relaciones asimétricas con los omaguas (Tupí) de quienes eran servidores domésticos y esclavos. A la llegada de los jesuitas, las misiones se convierten en zonas de refugio para los indígenas perseguidos por los "bandeirantes" esclavistas. Inicialmente hostiles a las misiones, mayoritariamente pobladas por omahuas, ante la amenaza de los "bandeirantes", los yaguas finalmente buscaron la protección de los misioneros. Sin embargo, las epidemias que periódicamente se desataban en las reducciones llevaron a mutuas acusaciones de brujería entre los grupos que en ellas habitaban produciéndose guerras.