CAN TUNIS BARCELONA DRUGS Francisco Morales Diaz se encuetra esnifando en un tunel junto al puente de la Ronda de Litoral. Bienvenidos al infierno, pasen por favor, y vean el horror...eso sí pueden. Aquí están los apestados del siglo XXI, recluidos en su lazareto, ahí yacen en este pozo negro, en este agujero sin fondo, estigmatizados para siempre jamás. Están ahí, pero ya no están. Aquí no hay billete de vuelta, ni viaje de regreso, es el final de trayecto, la estación final, la última parada. Han dejado de ser, han sido dados de baja como personas, borrada su condición humana, quitados de en medio, puestos fuera de la circulación, apartados de la vista, excluidos de las estadísticas. Son muertos en vida, porque aquello que no se ve, es por la poderosa razón de que ya no existe. Una lógica diabólica, criminal.