Un niño se disfraza con una armadura que imita a la de los Guerreros de Xián en la zona arqueológica de Bingmayong, situada a 35 kilómetros al este de la ciudad. El descubrimiento de estos guerreros, como la mayoría de descubrimientos arqueológicos, se produjo por una casualidad. Era la primavera de 1974 y unos campesinos excavaban un pozo cerca del monte Li, cuando, de repente, encontraron los fragmentos de una de las estatuas de terracota.