Primer plano de una niña en las calles del casco antiguo de Gyantse. Cuando uno recorre las calles del viejo Gyantse percibe, si lo comparamos con otras poblaciones principales como Lhasa o Shigatse, que su trazado no ha cambiado en demasía a causa de la modernización desenfrenada emprendida por el gobierno de Pekín, y por suerte, aunque cada vez más aislados por la presión de un progreso que estigmatiza y demonifica cualquier atisbo de la cultura autóctona, todavía podemos contemplar coletazos de sus encantos tradicionales en los barrios marginales de la ciudad.