Monjes en el interior del Monasterio Tashilumpo, ubicado en Shigatse, Tibet. Al Panchen Lama se lo tragó la tierra durante catorce largos años. Desesperado, intentó suicidarse varias veces en prisión. Reapareció en 1978, pero los años de reclusión y la amenaza de regresar a la cárcel silenciaron sus críticas públicas. Trabajó en la sombra por la conciliación entre chinos y tibetanos y regresó al Tíbet en la primavera de 1982 para morir rodeado de sus montañas. Siete años después, falleció de un ataque al corazón en su querido monasterio de Tashilumpo a los 53 años. Muchos piensan todavía que fue envenenado por el Gobierno chino.