Solomon R. Guggenheim Museum.  1071 Fifth Avenue con la 89th Street. Telf  212-423-3500. (dom- mie 10am-5:45pm / vie 10am-5:45pm / sab 10am-7:45pm / cerrado jue / adultos 18US$ / estudiantes y jubilados 15US$ / niños <12 años gratis). El museo debe su nombre a su fundador, Solomon R. Guggenheim, un magnate americano que, alentado y guiado por la artista y asesora de arte Hilla Rebay, inició una colección de arte no objetivo a finales de los años viente. Al principio, la propia suite de Guggenheim en el Hotel Plaza de Nueva York servía como espacio de exposición para su colección de arte. Más adelante, en 1937, cuando su colección había crecido demasiado para albergarla en su apartamento, Guggenheim creó la Fundación Solomon R. Guggenheim. Dos años más tarde, la Fundación abrió su primer museo: el Museum of Non-Objective Painting (Museo de Pintura No Objetiva), en la calle 54 este de Manhattan, bajo la dirección de Hilla Rebay. Cuatro años después, la Fundación pidió al innovador arquitecto Frank Lloyd Wright que diseñara un edificio permanente para albergar la creciente colección de arte de Guggenheim, que en ese momento incluía obras de Marc Chagall, Robert Delaunay, Fernand Léger, Amedeo Modigliani, László Moholy-Nagy y Pablo Picasso. Wright empleó 16 años, 700 bocetos y seis conjuntos de planos diferentes hasta completar el proyecto. Y así, el 21 de octubre de 1959, abría sus puertas el Museo Solomon R. Guggenheim con su característica silueta en espiral, que se ha convertido en un emblema de la ciudad de Nueva York. El edificio de ocho plantas y casi 30 metros, se remodeló en 1992 tras dos años de estar cerrado al público y cuenta con una colección permanente de más de 5000 obras, entre las que se encuentran obras de arte de Chagall, Kandinsky, Picasso, Manet, Vicent van Gogh, Joan Miró, además de 200 fotografías de Robert Mapplethorpe. La obra de Robert Mapplethorpe ha estado marcada por la controversia; sus fotografías de la anatomía humana, las escenas sexuales y las imágenes de personalidades le valieron su reconocimiento como símbolo de la libertad artística y de la libre opción sexual en los locos años de la década de los 70 y los 80. A pesar de todo ello, de lo que no cabe duda es de la gran expresividad que emanan sus obras, nadie como él para convertir paisajes en cuerpos y cuerpos en paisajes. Fotógrafo de estudio, controlaba la técnica hasta la perfección de la imagen, desde su composición hasta la textura, la luz, las posturas de los cuerpos… sus fotografías podían catalogarse como esculturas y rompieron los prejuicios sociales de una época polemizando sobre el sexo, la raza y la religión.

A principios de los años 80, la obra de Mapplethorpe evoluciona hacia temas más formales y de belleza clásica. De esta época son sus trabajos con flores y esculturas, así como los retratos a celebridades que no dudaron en posar para un artista que entendía la fotografía de manera honesta y directa, y que se convertiría en todo un referente de la historia de la fotografía de finales del siglo XX. Lisa Lyon, primera campeona del mundo de culturismo en 1980, adoptó para la cámara de Mapplethorpe  distintos roles y actitudes, y sus retratos son un exponente claro de este periodo.