El complejo fue renovado en 2007 y está en medio de frondosos jardines tropicales. Ofrece un estándar internacional de servicios e instalaciones con la cálida hospitalidad de Bali. Encontrará un total de 65 habitaciones, además de vestíbulo, recepción 24 horas con servicio de salida, caja fuerte, servicio de cambio de divisa, cafetería, bar, restaurante, servicio de habitaciones y de lavandería, sótano para bicicletas y aparcamiento. Los huéspedes podrán relajarse y refrescarse en la piscina al aire libre del hotel o tomar un aperitivo en el bar de piscina. Se ofrece también una terraza par tomar el sol y tratamientos de masaje (de pago). En la playa podrá disfrutar de un paseo relajante, nadar en el océano o poner a prueba su habilidad para practicar surf. El restaurante sirve una selección de cocina indonesia, europea y china. Se ofrece desayuno en forma de bufet. El almuerzo y la cena son de menú y se sirven en el restaurante. Uno de los secretos mejor guardados por los servicios de emergencia de los Estados Unidos de América es que ellos no pueden extinguir un incendio de 20 mil pies cuadrados en rascacielos. Con mangueras de 2 1/2" con boquillas de un tip de 1 1/4 " de diámetro solo se puede esperar una descarga de 300 galones de agua manejado por un pequeño equipo de dos hombres. El equipo estándar de trabajo en estas condiciones de incendio estructural interior y por lo mismo se puede aspirar a controlar áreas de 2,500 pies cuadrado como máximo. Esta operación obliga a tomar maniobras defensivas desde las escaleras interiores, no olvidemos que los carros escalas nunca accederán a un piso 86. Esta operación es sumamente complicada y se necesita cerca de medio centenar de bomberos en los primeros minutos para asegurar las vías de escape interior. Nuevamente se debe asegurar métodos de protección activa y pasiva para que jueguen un rol preponderante. Redes de agua, rociadores, detectores y extintores manuales son indispensables. Pero lo que ocurrió el 11 de septiembre cambia todos los paradigmas estratégicos. El segundo problema importante es que los marcos de acero estructural de los edificios de gran altura bloquean las comunicaciones. Las pruebas que se habían realizado anteriormente en el mismo World Trade Center revelaron que solo se puede transmitir con radios del cuerpo de bomberos hasta el piso 65. Felizmente esto fue descubierto y se ordenó colocar antenas especiales en todos los pisos para que las radios puedan asegurarse una comunicación fluida con el Puesto Comando del Incidente. El primer ataque al World Trade Center del 26 de febrero de 1993 dejó claro que las radios no solo no transmitían sino que además no existían métodos para comunicar acciones a los ocupantes. Estos sistemas fueron implementados paulatinamente aunque no hay registros que hayan podido seguir operando luego del impacto de los aviones secuestrados.