Balcones de los edificios más antiguos del casco antiuo de Montpellier. Aquí también se inicia el gran mercado navideño que nada tiene que envidiar a los mercados de las ciudades alemanas, incluso encontramos el vino caliente o mulled wine, más típico de la Europa Central que de una ciudad mediterránea, como tampoco pueden faltar los crèpes, gofres y todo tipo de delicatessen. Para entrar en calor tomamos una sopa de cebolla, la sopa más deliciosa que jamás he probado, para seguir con un crèpe de chocolate negro al cointreau …ummmm.El mercado de navidad se extiende a través de la amplia Esplanade Charles de Gaulle hasta la Opera Berlioz, la otra Ópera de la ciudad, separada tan sólo 400 metros de la primera lo que demuestra la gran afición por el espectáculo de los montpellerienses. En este mismo paseo, se encuentra el Museo Fabre, considerado uno de los más importantes museos de Bellas Artes de Francia, con obras de Rubens, Zurbarán o Delacroix entre otros. Su nombre hace honor al pintor François-Xavier Fabre que nació en Montpellier en 1825. Retrocedemos de nuevo por la rue de la Loge y seguimos por otra de las principales avenidas del centro antiguo, la rue Foch, que desemboca en el Arco de Triunfo que a finales del siglo XVII fue mandado construir por el Administrador del rey en honor a Luís XIV justo en el lugar que ocupaba una de las puertas de la antigua muralla.