Caco antiguo con las vistas al fondo de la Facultad de Medicina.  La dinastía de los Guilhem se acaba con la incorporación de Montpellier a la Corona de Aragón. En pleno siglo XIV, la venta de Montpellier al reino de Francia supone un periodo de decadencia durante los dos siglos siguientes con varios conflictos religiosos (la Guerra Santa). Sin embargo, un hombre llamado Jacques Coeur destacará durante este periodo: es un excelente hombre de negocios que, a parte de gestionar el tesoro real, se dedica al comercio en el Mediterráneo, devolviendo a Montpellier su desarrollo económico. Hoy en día, todavía se puede visitar su palacio. En el siglo XV, Montpellier experimenta una evolución esencial con la creación de cuatro cátedras reales en la Universidad de Medicina otorgadas por oposiciones. Los simples médicos ven su rol de educador progresivamente perjudicado y de hecho desaparece en el siglo XVIII. El Renacimiento se caracteriza por una renovación profunda de la enseñanza. Montpellier se convierte en un centro intelectual de alto nivel, patrocinado por el Obispo Maguelone Guillaume Pellicier, gran humanista y amigo del rey Francisco I.En los siglos XVII y XVIII, gracias a Richelieu y Luis XIV, Montpellier se convierte en la capital del Bas-Languedoc. En la infraestructura de la ciudad aparecen nuevas edificaciones: hoteles particulares, iglesias, hospitales, teatros.