Junto a las ruinas de Yeha varios cristianos viven en casas sencillas de piedra. El café y la religión son elementos que nunca han de faltar. Yeha es el templo más antiguo del país, su construcción se fecha entre los siglos VI y VII antes de Cristo. Fue levantado durante la época sabaeana, anterior a la axumita, aunque no se sabe gran cosa acerca de la civilización que construyó el templo. Las investigaciones arqueológicas más recientes han demostrado que Yeha fue un extenso asentamiento y en las excavaciones, aún sin finalizar, se han encontrado diferentes tipos de objetos, como hornillos de incienso, armas de hierro y utensilios de cerámica. Su estado de conservación es bastante bueno y lo impresionante de su construcción es que está levantado con inmensos bloques de piedra rectangulares que están anclados unos a otros sin uso alguno de mortero. En el siglo XVI se construyó en el interior del templo una iglesia cristiana que a principios del siglo XX fue reemplazada por otra, la que ahora se sitúa junto al templo. Esta iglesia está dedicada al monje Abune Aftse, uno de los nueve santos (Los nueve santos llegaron a Etiopía sobre el año 480 desde Roma, Constantinopla y Siria, acabaron con el paganismo en Etiopía, fundaron numerosos monasterios y tradujeron al Ge´ez la Biblia). La leyenda dice que Abune Aftse fue trasladado por un ángel a Yeha cuando huía de la persecución sufrida en diferentes lugares de Etiopía.