Isabel tiene 88 años y es ciega desde los 25 a causa de la enfermedad.  En el 71 le pronosticaron 6 meses de vida.  Actualmente está recuperándose de una operación de hernia y ya tiene ganas de volver a sus paseos por la playa. La reconstrucción de la historia reciente de la diferenciación territorial de la endemia de la lepra, según regiones y estados en Brasil, permite distinguir una desigual evolución espacio-temporal interregional, intraregional e interestatal, como las que adelante serán descritas.La distribución actual de la lepra en Brasil, demuestra su concentración en 14 de los 27 estados del país. En los siete de la región Norte (Rondônia, Acre, Amazonas, Roraima, Pará, Amapá e Tocantins); cuatro de la región Nordeste (Maranhão, Piauí, Ceará y Pernambuco); dos de la región Centro-Oeste (Mato Grosso y Goiás) y uno de la región Sudeste (Espírito Santo). En estos estados se concentra aproximadamente el 80% de las notificaciones del periodo estudiado. Los estados de más alta detección y con evolución más desfavorable de la endemia, presentaron elevados crecimientos de la población, en especial en las décadas del 60 y 70. Las regiones Norte y Centro Oeste, obtuvieron las más altas tasas de crecimiento poblacional. Registraron a mitad de la década del 90, los mayores porcentajes de población migrante, y el más intenso crecimiento de la tasa de detección de casos de lepra. La permanencia histórica de elevada incidencia de la lepra en la región Norte, en el estado de Maranhão y Pernambuco en la región Nordeste, del estado de Paraná en la región Sul, así como relativamente bajas incidencias en el resto de esta última región, sugieren la existencia de contextos geográficos de diferente vulnerabilidad a la producción social de la lepra, y de nuevos componentes en la organización espacial en algunos territorios. Aunque aceptamos la posible influencia de factores operacionales en la construcción de estas regularidades, es poco probable que estos se hayan mantenido durante más de 70 años.