Trepar hacia la cascada de Saut d’eau, de una altura de 30 metros, no es fácil. Como ella, los peregrinos se dirigen a Saut d’Eau para asistir a la primera de las tres grandes celebraciones católicas-vudúes que atraen a gente procedente de todas las partes del país y de todas las clases sociales. Durante el resto del año los haitianos practican ceremonias en templos llamados peristilos, que son una especie de cobertizos que contienen un altar decorado con pinturas Iwa e imágenes de santos católicos junto a piedras, botellas de Ron Barbancourt y atados de hierbas. En medio del peristilo se levanta un poto mitan (poste central), eje entre el mundo celeste y el terrenal y punto por donde los Iwa penetran en el recinto. Los peristilos están consagrados a una rama determinada de Iwa y decorados en consonancia con pinturas en puertas y paredes y banderas colagadas.