El festival de vudú de Saut d'Eau se celebra cada año el 16 de Julio coincidiendo con el día en el que en 1847 apareció una visión de la Virgen Maria. Miles de devotos llegados de todos los lugares de Haiti se bañan en estas aguas para purificarse o pra perdirle al Gran Maestro que convierta en realidad sus sueños. El vudú es la religión mayoritaria de Haiti. Los adeptos necesitan ser poseidos por un espiritu Iwa para poder comunicarse con el Gran Met, ya que este se encuetra muy alejado del plano físico. En la fotografía una de las asistentes se encuetra poseida por el gran Iwa. Existe un gran número de Iwas, cada uno con características diferentes que abarcan números sagrados, colores, días, alimentos ceremoniales y objetos rituales. Una mujer entra en trance. Si bien el 'vudú' es básicamente una religión pacífica, basada en espíritus y fuerzas de la naturaleza, a las que se convocan en ceremonias en las que sus participantes alcanzan el éxtasis místico, se realizan curaciones y se sacrifican gallos, la mayoría de los occidentales asocia el vudú con la minoritaria, pero practicada, vertiente maléfica o 'Petro' (también llamada 'Congo'). Esta magia negra es empleada para hacer el mal a través de maldiciones, males de ojo, creación de zombis -muertos resucitados por los 'bokor' o magos maléficos con aviesas intenciones- y orgías sexuales.  Si hay un palabra que viene a la mente cuando se habla de Haití, esa es "vudú". A pesar de que la mayoría de la población se reparte entre católicos y protestantes, los haitianos no tienen problemas en compaginar e incluso asimilar estas creencias con el vudú, en un ejercicio de sincretismo. Aunque se adora a un solo dios, Bondye, son también muy poderosos otros seres, como los 'loas' -Legba, Kalfu, Papa Gede o Erzuli- espíritus familiares y de las fuerzas del universo, y los 'muertos'. Éstos, comandados por el Barón Samedi, ataviado como un empresario de pompas fúnebres, se dividen en dos grupos: los adorados, benefactores, y los abandonados, peligrosos para los vivos.